Aunque todo lo vinculado al jardín parece muy trillado o conocido, créeme que siempre hay que renovarnos, porque las tendencias cambian, las modas cambian y a veces los términos con que se designan las cosas despiertan las dudas más insólitas y suman curiosidades sobre este tema.
Antes, se los conocía más como jardines autóctonos; ahora a estos tipos de jardines se les llama jardines regionales, y te invito a aprender un poco más acerca de este concepto.
Creación de un jardín Regional
Hay algunas pautas generales que se aplican a la planificación de cualquier jardín regional. En primer lugar, es necesario entender un poco acerca de geología y en especial, acerca de las características geológicas de la zona en la que vamos a concebir este proyecto de jardín.
¿Qué aspectos importan?
Muchos, pero uno de los primeros es la forma en que la tierra física se plasma en esa región, su elevación y la proximidad al agua determinan la calidad del suelo que está trabajando. Ese conocimiento del suelo es un paso imprescindible antes de realizar cualquier boceto de tu plan.
Por ejemplo: las plantas prefieren diferentes niveles de pH en el suelo, y es posible que necesites ajustar la acidez de ese suelo con algún tipo de fertilizante. Hay casos de suelos netamente rocosos, que probablemente sean más ácidos y en el otro extremo están las zonas costeras, que sin embargo, tendrán suelos más arenosos.
Otros factores de peso
Sin duda, la intensidad de luz del sol y las lluvias también deben tenerse en cuenta. ¿Qué cantidad de sombra cubrirá tu jardín? ¿Qué tan intenso es el sol de la tarde? En caso de que plantar variedades resistentes a la sequía ¿podrán soportar veranos secos e intensos? Las respuestas a preguntas como éstas también deben estar contempladas en tu plan si quieres que tu jardín regional sea todo un éxito.
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