Nada como una frondosa palmera para añadir un acento tropical a cualquier ambiente. De llamativas formas y larga vida, todos los esfuerzos desplegados por favorecer su adecuado desarrollo y mantenerlas en buenas condiciones, serán devueltos por la planta -con creces- con su extraordinario valor ornamental.
¿Requieren muchos cuidados?
· Estas plantas -tan de moda hoy en día- si son bien elegidas, necesitan cuidados mínimos para vivir en interiores, e incluso pueden tolerar algo de descuido. Las que mejor se adaptan son las de origen tropical y húmedo.
· Al momento de comprarlas, averigüe las condiciones en que han sido cultivadas. Su grado de adaptación dependerá de la especie, las condiciones de cultivo y la magnitud del cambio. Lo ideal es no producir grandes cambios, de otro modo, la planta podría perder hojas, detener su crecimiento e incluso morir.
· Para mantenerlas en buena forma, limpiar el polvo y eliminar plagas como la araña roja y cochinilla, lave sus hojas cada cierto tiempo con manguera, pulverizador o esponja húmeda con un poco de jabón líquido.
· No aplique abrillantadores pues pueden llegar a bloquear los estomas de las hojas.
¿Qué temperatura?
· La temperatura es determinante para el desarrollo y buen aspecto de la planta. En general, las de origen tropical se desarrollan bien entre los 10º y los 18ºC.
· Si están sometidas a temperaturas extremas (por calefacción o aire acondicionado), o a cambios bruscos originados por corrientes de aire, pueden verse afectadas -en mayor o menor grado- dependiendo del tiempo que permanezcan expuestas a esas condiciones.
¿Cuánta luz?
· Este es un factor muy importante. La cantidad requerida dependerá de la especie, el grado de aclimatación de la planta y la intensidad de luz con que fue cultivada originalmente. De allí derivará la estructura de sus hojas y su consiguiente capacidad para realizar la fotosíntesis.
· Algunas especies son poco exigentes en cuanto a luz y otras simplemente no pueden realizar la fotosíntesis en interiores.
· Ubíquelas de preferencia cerca de una ventana, para que puedan recibir luz y sol. Si no cuenta con luz suficiente, complemente con una luz artificial adecuada para el desarrollo de estas plantas; lo ideal es que la ampolleta produzca luz «blanca» y su espectro tenga los máximos en el azul y el rojo (400- 700 nm.), sin marcado desequilibrio entre esas áreas, o produzca radiaciones con alto nivel de infrarrojos.
¿Cuánta humedad ambiental?
· Las fluctuaciones de humedad ambiental que se producen en interiores debido a la calefacción, corrientes de aire o aire acondicionado, provocan deshidratación y decaimiento general en la planta, lo que puede facilitar la aparición de algunas plagas.
· Para lograr un microclima adecuado, complemente con humidificadores. No pulverice las hojas con agua, pues –aparte de ser poco duradero- favorecería la transmisión de enfermedades.
¿Cuánta agua de riego?
· La frecuencia del riego dependerá de las condiciones ambientales, la especie, el tamaño de la planta, su vigor, el volumen ocupado por las raíces, el tipo de substrato y el tamaño, forma y porosidad del macetero.
· Tanto la falta como el exceso de agua, producen efectos similares e imposibilitan a las raíces para entregar los aportes de agua necesarios para la planta. Lo mejor es comprobar la humedad de la tierra mediante la vista y el tacto; en general, deberá estar húmeda pero no anegada.
· Es mejor regar en forma abundante y distanciada, que en poca cantidad y muy seguido, pues de esa forma se entrega agua a la totalidad de las raíces y se lavan los excesos de sales acumulados por reducción de los niveles de humedad.
· Si usa aguas duras o fluoradas, déjelas reposar al menos 24 horas antes de regar con ellas, para que precipiten la cal o el flúor que contienen, pues resultan tóxicos para las plantas.
¿Qué tipo de suelo?
· La calidad del suelo es también fundamental. Necesitan un pH entre 6 y 6,5.
· El substrato debe ser uniforme, libre de malezas, residuos químicos, plagas y enfermedades; poroso, pero con capacidad para retener agua suficiente como para no tener que regar muy seguido. Debe también contar con capacidad de retener y liberar elementos fertilizantes, pero contener pocas sales solubles.
· Los suelos salinos no son adecuados, pues imposibilitan una buena absorción del agua por las raíces, provocando problemas similares a los de la falta de riego.
· Algunas posibles mezclas adecuadas son:
– 1 parte de turba, 2 de arena y 3 de corteza de pino compostada
– O bien, 1 a 3 partes de turba por cada parte de arena. La arena debe ser mayor a 0,5 mm. y no tener origen calizo.
¿Con qué y cuánto abonar?
· Al llegar con sus palmeras a casa desde el lugar de cultivo, retire los granos de abono que observe sobre la tierra y haga un riego profundo.
· Para su mantenimiento, emplee fertilizantes minerales que tengan cantidades iguales de potasio y nitrógeno y un tercio (de esa cantidad) de magnesio. Además deben contener fósforo y microelementos.
· Prefiera abonos de liberación lenta, especialmente si ha trasplantado recientemente la planta o presenta daños en sus raíces. Use abonos foliares si quiere que la planta responda más rápidamente.
· Fertilice en verano, cada 3 o 4 semanas, regando siempre a continuación.
¿Qué es lo que sabemos para cuidar las palmeras de interior?
Las plantas cultivadas en lugares con buena luminosidad necesitan mayor cantidad de nutrientes, en especial nitrógeno.
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