Durante la primavera, los jardines de cerro o de campo son un verdadero banquete para un sinnúmero de animales e insectos. Algunos son verdaderos aliados de sus plantas, pero otros se convierten en sus peores enemigos. Sepa reconocerlos y, cuando sea necesario, combatirlos…
Los prolíficos y hambrientos conejos
· La voracidad de estos simpáticos animalitos los convierte en uno de los grandes problemas de jardines campestres. Durante el día son casi invisibles, ya que se esconden entre matorrales o en sus cuevas, sin embargo durante la noche ningún brote queda a salvo de sus afilados dientecillos.
· Después de un invierno lluvioso se abastecen de brotes nuevos y pasto, pero apenas merma esta abundancia hacen escala en las plantas de jardín.
· Perros y, sobre todo gatos, colaboran en forma eficiente a espantarlos, pero no siempre es posible tener uno de ellos, principalmente en aquellas parcelas que quedan deshabitadas durante la semana.
¿Cómo proteger su jardín de los conejos?
La medida de prevención más eficaz es realizar cercos de alambre tejido, con los cuales rodear los cultivos.
· Entierre mallas de alambre de 1 metro a unos 30 cm de profundidad y ténselas, por medio de varas o fierros.
· Para proteger los troncos de frutales y otros árboles use este mismo sistema, trozos de lata perforada, o bien hojas de papel de diario que envuelven los troncos y que prestan una ayuda temporal.
· También existe la alternativa de las pulverizaciones con fungicida tipo Thiram, que los ahuyenta. Aunque este producto de fabricación alemana es cotizado y ecológico, ejerce un efecto efímero.
· Finalmente preocúpese de cultivar especies aptas para la geografía y clima de cada región del país o plantas que no son apetecidas por ellos, como el huilmo, las hortensias, las rosas y otras con espinas, y agapanto. Así tendrá certeza que sobrevivirán frente a cualquier ataque del roedor conejo.
Los pájaros
· Son útiles para el jardín porque se alimentan básicamente de insectos y gusanos dañinos para las plantas. Comen también las semillas de los yuyos, evitando que se propaguen.
· Puede atraerlos colocando en los árboles o en algún lugar protegido, nidos artificiales o comederos. Otra forma de atraerlos es poniendo en el suelo un recipiente poco profundo con agua para que puedan beber y bañarse. No los ubique cerca de plantas bajas, donde se puedan ocultar gatos.
· Por otra parte, los pájaros pueden convertirse en enemigos de su jardín si ha plantado semillas de flores, plantas o césped. Debe resguardarlas, ya que se convierten en un delicioso manjar para las aves.
· Cubra su siembra con rejillas o ramas, para evitar que picoteen en su plantación. Algunas de sus semillas preferidas son: zinnias, cosmos, tajetes y lino, y ciertos arbustos como ilex, viburnos, crategus, ligustro, cotoneaster, nandina y eleagnus.
· Los espantapájaros, aunque decorativos, no son muy eficientes.
Ratas, ratitas, ratones
Sólo en Santiago deben existir unos 75 millones de ratones. Son una verdadera peste que no cumple ninguna función beneficiosa y se desperdiga a través de alcantarillas.
Sepa que los ratones jamás andan solos: si ve alguno en el jardín o en la casa, tenga claro que es la punta de un verdadero ‘iceberg’… de seguro tiene compañeros.
Existen especies ‘urbanas’ y ‘rurales’.
Roedores de ciudad
· Rata de los tejados: se ubica preferentemente en las zonas más altas de los hogares. De tamaño intermedio entre las «lauchas» y los «guarenes», su alimento predilecto son frutas y verduras.
· Ratón doméstico: conocido con el tierno apodo de «lauchita», es la más pequeña de todas y debido al poco alimento que requiere es la especie más extendida. Al más «hogareño» de los ratones de ciudad, le gustan los cereales y granos.
· Rata de Noruega: más conocida como «guarén», es el mayor de los tres tipos de roedores de ciudad, con un peso que suele andar por el medio kilo. Amigo de las riberas de ríos y canales, el guarén es un gran nadador, por lo que no es tan inusual que pueda ingresar a las casas saltando desde el excusado. Se fascina con un pedazo de queso o carne.
· Las tres especies de roedores urbanos tienen dos períodos de migración: otoño y primavera. En primavera se dedican a consumir directamente los alimentos disponibles en cosechas y centros de acopio.
· No hay un plano con la distribución exacta de los ratones, aunque sí está claro que las zonas cercanas a los cursos de aguas, áreas residenciales antiguas o ubicadas en los alrededores de los vertederos, canales y ríos son focos especialmente apetecidos.
Ratón de campo
· Las especies más comunes en los campos del país son el llamado lauchón orejudo y el ratón de las pircas o cola de pincel. Ninguno de estos dos roedores, ubicados en las proximidades rurales de las ciudades, es portador del virus Hanta.
· El que sí lo transmite es el conocido ratón de cola larga, pequeño roedor semejante a la laucha en peso, pero con una cola extremadamente extensa (dos veces su cuerpo) y con patas traseras largas. De la quila, arbusto muy común en nuestra zona rural, se proveen estos animales para su sustento. Extraordinariamente tímidos, rara vez se les ve de día, y si es que es así, puede ser por dos causas o están extremadamente hambrientos o bajo los efectos de algún raticida que ha alterado su comportamiento habitual.
¿Cómo combatirlos?
En invierno, los roedores disminuyen su actividad visible y aumentan explosivamente su población al llegar la primavera. Refuerce la higiene de su hogar y jardín:
· Limpie el entorno de su casa e instalaciones cercanas, desmalezando y eliminando objetos y residuos diversos, abandonados en patios y el jardín.
· No deje alimentos al aire libre. Una de las costumbres más comunes es dejar los recipientes de las mascotas con comida durante la noche, lo que es una tentación para los roedores.
· Almacene la basura en recipientes siempre tapados y en buen estado. No hay envase demasiado alto para estos hábiles trepadores.
· Evite acumular rumas de papel o cartón en su jardín, ya que ellas se convierten en un lugar muy atractivo para construir sus nidos. Igual cosa con los depósitos de leña.
· Evite que las ramas de los árboles lleguen a las panderetas o que toquen la casa. Es uno de los puentes predilectos de los ratones para llegar desde el exterior hasta el interior del hogar.
· No adose a los muros enredaderas como hiedras, cuyos frutos les encanta. Si ya la tiene, ponga entre sus ramas cebos anticoagulantes, eficaz sistema para combatirlos.
· Si ha divisado la presencia de roedores, no saca nada con eliminar a uno o dos. Si detecta plaga, lo óptimo es coordinarse con vecinos para que una empresa especializada se encargue drásticamente del asunto.
¿Cuál es el mejor sistema de desratización?
Lamentablemente, no hay reja ni muro ni rendija capaz de detener a un ratón.
· Los métodos más efectivos son los cebos anticoagulantes y las trampas pegajosas.
· Menos eficaces son los sistemas de ultrasonido y las trampas clásicas, ya que los ratones suelen adaptarse a los primeros y evadir las segundas.
· Los cebos anticoagulantes matan por ingestión, varios días después de su consumo con el fin de que no logren establecer la conexión cebo = muerte. Además, les impide «avisarse» unos a otros del peligro, ya que está comprobado que orinan sobre venenos instantáneos, previniendo a sus compañeros.
¿Cómo desratizar con cebos?
· Por lo general, los cebos se dejan en pequeños recipientes distribuidos en el jardín y al interior para que el ratón se los coma.
· Hay que seguir la «ruta lógica» de la colonia: canaletas, desagües, zonas húmedas como el lavadero; la cocina (bajo el lavaplatos y arriba del refrigerador); entretechos y el jardín, especialmente donde existan enredaderas (la hiedra es su predilecta) y árboles que den frutos dulces.
· Hay que reponer el cebo a medida que los ratones se lo comen: conviene cambiar el recipiente, para evitar el «olor a humano».
· Las cantidades vienen indicadas en los envases de las diferentes marcas.
· Prefiera aquellos inocuos para los animales domésticos, debidamente identificados en la etiqueta (Klerat, por ejemplo).
· Refuerce y chequee en primavera, cuando la población de ratones aumenta.
· El éxito de la desratización se comprueba a las pocas semanas, cuando los recipientes dejados ya no dan muestras de haber sido comidos.
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