Parte del territorio chileno se encuentra entre las cinco zonas del planeta con el privilegio de poseer un clima de tipo mediterráneo. Entre la IV y VIII regiones acogen la mayor concentración de población y está el clima más equilibrado del mundo, el mismo de Sudáfrica (El Cabo), el sureste de Australia, California y, claro está, las riberas del Mediterráneo.
Son todas regiones de estaciones bien marcadas, sin excesos prolongados de frío o calor, y una excepcional riqueza de plantas. Muchísimas de las especies ornamentales que se conocen hoy tienen su origen en este tipo de clima.
Un jardín de influencia mediterránea es ideal para Santiago y otras importantes ciudades chilenas, donde predominan los veranos secos y calurosos, los inviernos lluviosos y moderadamente fríos, las primaveras cortas y los otoños largos.
Con las posibilidades que ofrecen las 4 estaciones clásicas, tenemos lugar para las formas vegetales más dispares, desde cactáceas y suculentas que evocan el desierto, hasta palmares y filodendros que remiten al trópico. Desde árboles, arbustos y herbáceas que necesitan frío para florecer y fructificar, hasta otras que el frío y humedad «excesivos» del sur chileno harían fenecer.
¿Existe un estilo de jardín mediterráneo?
Si usted se ha propuesto diseñar o hacer que diseñen su jardín siguiendo este patrón, ha de saber primero qué es lo que se entiende originalmente por jardín de estilo mediterráneo. Éste corresponde, tradicionalmente, a una jardinería característica de los países que forman parte de la ribera de este mar interior con costas en Europa, Asia Menor y el norte de África, recibiendo influencias árabes y europeas principalmente.
Como Europa es una de las cunas culturales por excelencia, cuando hablamos de jardín mediterráneo nos referimos habitualmente a lo que países al sur del viejo continente han logrado imponer como gusto, sobre todo para la cultura occidental. El jardín italiano, con sus cipreses y otros árboles de marcada verticalidad, es un buen ejemplo de ello.
El jardín mediterráneo no debe parecer solemne como el francés, ni melancólico como el inglés. Su esencia es la frescura, una especie de «pretensión» de que se está a la orilla del mar, aunque estemos en medio de los valles centrales.
Las plantas son principalmente de origen europeo, además de los cítricos
El agua en el jardín: En lo extra-botánico, el jardín mediterráneo se caracteriza por una gran presencia del agua, ya sea en estanques, piscinas, cascadas o fuentes, en medio del jardín o en patios embaldosados.
Terrazas y plantas aromáticas: Las plantas aromáticas son elementos muy utilizados en el jardín, especialmente asociadas a terrazas, pues la mayor parte del año se pueden utilizar los exteriores. En verano, la terraza suelen ser el lugar más fresco de la propiedad. Para hacer más tolerante el calor veraniego, se utilizan elementos de sombreamiento, tales como pérgolas y parrones.
Colinas silvestres: Aprovechando el relieve natural, se permite que crezca la vegetación silvestre o especies resistentes a la sequía sobre las colinas cuidadosamente escalonadas.
Las esculturas: En el estilo mediterráneo también se emplean esculturas, por lo general de estilo clásico, pero también modernas (evitar el latón y el óxido). No hay que cargar la mano a las estatuas u ornamentos demasiado suntuosas.
Habiendo expuesto el sentido original de jardín mediterráneo, cabe destacar que el concepto también puede ser más genérico. Es decir, en cualquier jardinería aplicada en zonas con este tipo de clima, se pueden incorporar elementos de las diversas floras de cada región mediterránea.
La orientación de la vegetación en el jardín mediterráneo
En la vegetación de zonas mediterráneas predominan los arbustos y árboles de porte moderado y hoja siempreverde, de consistencia coriácea (como cuero) y reducido tamaño para contrarrestar la evaporación durante la estación seca.
En las colinas y montañas, las laderas con mayor asoleamiento (ladera norte en el hemisferio sur, y viceversa) presentan vegetación de menor altura, mientras que las laderas que permanecen a la sombra más tiempo pueden desarrollar bosques densos. A todo este conjunto o tipo de vegetación en la parte mediterránea europea se le llama «maquis»; en Chile, «matorral»; en Sudáfrica, «fynboss»; en California, «chaparral» y en Australia, «mallee scrub».
Para efectos de la jardinería esto nos indica que la radiación solar tiene un efecto determinante en la cubierta vegetal del jardín. Pero también que siempre habrá plantas capaces de mantenerse verdes en las circunstancias más ingratas.
Características y oportunidades del clima mediterráneo
Las dificultades de mantener un jardín en un clima mediterráneo se neutralizan al escoger plantas propias del mismo. Detengámonos un momento a analizar sus características:
Inviernos moderados: En la zona central de Chile las bajas temperaturas son necesarias para que muchas plantas realicen sus procesos químicos y logren producir flores y frutos. Es un privilegio que deberíamos agradecer los habitantes de esta zona. Las temperaturas que se registran más al sur del país, son en cambio demasiado bajas. A partir del 21 de junio la luz natural prevalece cada vez más y más minutos. Y esto sucede justo en medio del invierno, siendo sólo un adelanto de las jornadas que vendrán en los próximos meses.
Lluvias variables: Las lluvias se concentran entre finales de otoño y el término del invierno, siendo variable la cantidad de agua caída año a año. A veces escasea en el jardín entre mediados de primavera y mediados de otoño. En la naturaleza esta carencia se compensa con el agua de los deshielos, que baja hacia los valles. Pero en general, las diferentes especies están adaptadas para soportar la extrema sequía y calor durante meses. En cualquier caso, gracias al suministro artificial de agua, podemos mantener en buen estado aquellas plantas de hoja perenne provenientes de las 5 zonas del mundo con un clima como el nuestro, que sin duda mejorarán su aspecto con una cuota veraniega del preciado líquido.
Veranos secos y largos: Mirando hacia el trópico, resulta que nuestro largo verano permite que infinidad de plantas realicen su ciclo mostrándose como si estuvieran en el Caribe. Y para otra gran cantidad de especies de este tipo, queda como alternativa el espacio que los chilenos hemos cedido gustosos especialmente en las terrazas de departamentos.
La clave frente a la radiación solar son las especies resistentes de árboles y arbustos, para que además hagan un poco de sombra en verano. Por mucho agua que empleemos en el riego para mantener la tierra húmeda, el sol del verano es implacable. Las cactáceas, suculentas y palmeras, son plantas de probada resistencia a la sequía, con el plus de que permanecen a la vista durante todo el año, característica de la que carecen la mayoría de las bulbosas.
Primavera corta y otoño largo: Aunque es cierto que las cactáceas tienen el récord de supervivencia en ambientes de aridez extrema, son las plantas bulbosas, principalmente aquellas de floración primaveral, las que muestran más marcadamente los ciclos del clima mediterráneo: narcisos y juncos, tulipanes, jacintos, muscaris, ornitogalum, scillas, etc. Esto se hace evidente en cómo brotan tan pronto caen las primeras lluvias, para entrar en receso y desaparecer cuando arrecia el calor.
Plantas con ciclo de vida compatible con el clima mediterráneo
Si desea planificar su jardín en la zona central de Chile, para dejarlo «a merced» de la naturaleza, o bajo un mínimo de cuidados, le enumeramos algunas de las plantas compatibles con nuestro clima.
Especies californianas para nuestro jardín meditarráneo:
– Herbáceas: Dedal de oro, Clarkia, Phacelia tanacetifolia, Salvia Blanca.
– Arbustos: Ceanothus, Lavatera, Romneya, Jojoba, Solanum umbelliferum, Carpenteria.
– Árboles: Pinus radiata, Ciprés (Cupressus arizonica), Wachintona (Washingtonia filifera).
Especies australianas para nuestro jardín meditarráneo:
– Herbáceas: Siempreviva.
– Arbustos: Schefflera actinophylla, Pittosporum undulatum, Pandorea, Hibiscus splendens, Pittosporum undulatum
– Árboles: Grevillea, Eucaliptus, Brachichiton, Sterculea, Aromo, Casuarina,
Especies sudafricanas para nuestro jardín meditarráneo:
– Herbáceas: Agapanto, Azucena Rosada, Clivia, Arctotis, Esparraguera, Cineraria, Crocosmia, Dimorfoteca, Fresia, Gazania, Gerbera, Cala, Lobelia, Leonotis.
– Arbustos: Buddleja, Thunbergia alata, Bignonia, Plumbago, Protea.
– Árboles: Dombeya.
Especies chilenas para nuestro jardín meditarráneo:
– Herbáceas: Alstroemeria, Añañuca, Carceolaria, pancita de burro (Salpiglossis sp.), Azulillo, Huilmo, Geum, Puya.
– Arbustos: Escalonia, Coliguay, Corcolén, Guayacán, Michay, Tomatillo, Olivillo (Kageneckia angustifolia), Matico, Chilco.
– Árboles: Espino, Canelo, Peumo, Boldo, Arrayán, Quillay, Molle, Maitén, Patagua.
Especies de la cuenca mediterránea
– Herbáceas: Acanto, Ajuga, Iris, Lavándula, Melisa, Violeta, Prímula, Ruscus, Salvia medicinal, Ornitogalum, Scilla.
– Arbustos: Boj, Crategus, Hiedra, Ligustrum, Mirto, Laurel de Flor, Retamo, Olivilla, Laurentina.
– Árboles: Madroño, Árbol de Judea, Palmito, Nogal, Olivo, Álamo, Encina (Quercus ilex), Sauce blanco (Salís alba), Olmo.
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