No se exagera cuando se define a estas hermosas plantas como las “reinas” de balcones y jardines de primavera. Entre otros motivos, esto se debe a la gran facilidad que tienen para adaptarse a cualquier tipo de tierra aunque sea poco fértil.
Son capaces de crecer sin demasiadas exigencias, con la única condición de estar siempre al aire libre. Su notable capacidad de floración se extiende una gran parte del año y son tan rústicas como vigorosas. Sin embargo a veces presentan problemas y para tener a mano las soluciones te invito a tomar nota de los problemas más frecuentes y sus soluciones.
Presencia de moho gris
Generalmente se da sobre las hojas y es donde más se detecta. Este problema se presenta en condiciones de excesiva humedad ambiental. La solución: retira las hojas que veas enfermas y promueve una mayor aireación de la planta. Hay casos en que es necesario reducir el riego. ¡Cuidado! si este moho no se controla a tiempo se vuelve muy denso y se puede convertir en un problema infeccioso de hongos. La única solución en este caso es cortar sin piedad las partes enfermas y aplicar productos específicos a lo que queda sano.
* Bordes de las hojas rojizos: la está afectando las temperaturas demasiado bajas. La solución es quitar las macetas de los sitios expuestos a las heladas y dejarlas durante la noche en un sitio protegido.
* Hojas inferiores amarillas: si están secas o permanecen firmes y además tienen los bordes quemados esto está indicando la falta de agua. Si la riegas, el problema se solucionara lentamente con el tiempo. Si las hojas se pudren o se caen, el origen del problema es bien diferente, y en vez de necesitar agua es que tú te has excedido de agua.
* Base del tallo oscurecido: este es un síntoma peligroso, lo mejor es cortar la parte que está infectada. Si está cultivado en maceta la solución es trasplantarlo a un nuevo recipiente. Durante los primeros días evita el exceso de agua al regarlo.
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