En esta época invernal y en particular en este invierno tan duro que nos ha tocado afrontar, todo luce blanco, sombrío y aletargado. Donde nieva no se ve otra cosa que eso…, donde no, casi no hay verde.
La única dosis de vida o verde sólo puede ser aportada por las plantas perennes que sean más resistentes al frío, y en especial por ciertas flores que tienen el heroico trabajo de aportar color. A ellas dedicamos esta serie de post, para que las tengas en cuenta antes del próximo invierno, cuando pienses en sembrar.
Mis elegidas son sin duda cuatro y hoy ya dedico espacio a la primera de ellas, me refiero a las Begonias de invierno.
El nombre científico de la begonia de invierno es Bergenia crassifolia. Se trata de una planta vivaz que parecen indiferentes a la época del año en que estén y a las condiciones climáticas que la rodean. Siempre lucen como las vemos en la foto, con sus grandes hojas verdes y en invierno, surgiendo con fuerza y vigor su intenso colorido floral.
Son vulnerables a los caracoles, por cierto uno de sus mayores enemigos. Es importante tomar medidas con remedios caseros para alejarlos o con algún matacaracoles químico; aunque no nos guste se trata de proteger nuestra amada Begonia.
Los pensamientos, estas coloridas y muy vistosas plantas anuales, son muy requeridas en la época invernal por paisajistas y decoradores de exteriores. Sigue su consejo y opta también por ellas para tu jardín ya que comienzan a florecer a finales del otoño y permanecerán floreciendo durante todo el invierno.
Sus tonalidades juegan armoniosamente con colores bien opuestos: amarillo, rojo, vileta intenso, azul y blanco con sus variaciones de tonalidades, incluso en los pétalos de una misma flor.
Son capaces de soportar las bajas temperaturas estoicamente, aunque por supuesto, las heladas reiteradas dejarán a las flores mustias y resquebrajadas. Eso sí: hay que cuidarlas de las plagas, son vulnerables a pulgones, arañuelas rojas y caracoles.
El secreto es prevenir con productos adecuados; en el caso de las dos primeras, recomiendo usar Ecotriplex fortificante triple acción , mientras que para los segundos aplica algún remedio casero o un químico “matacaracoles”.
Presta atención a fines de febrero, cuando comienza a asomar la primavera en el hemisferio norte: será la época en que se presentarán.
Continuamos repasando las flores que hemos dado en llamar las reinas del invierno; en nuestro primer post comentamos acerca de la Begonia de invierno y en el segundo post Pensamientos . Hoy es el turno de las bellísimas Prímulas, llamadas también en algunos países “Primaveras”.
La Prímula es una planta vivaz que poseen una vistosas hojas color verde claro, con una típica forma de roseta. Ya desde Enero, emana unos tallos cuyas flores poseen diversas y vistosas tonalidades tal como puedes observar en la imagen.
Si bien son plantas en general fuertes y resistentes a las bajas temperaturas, como todo en esta vida tienen su “talón de Aquiles”; son vulnerables a dos depredadores que las buscan incansablemente: los caracoles y los topillos.
Cualquiera de ellos, se controlan con químicos. Además es posible fortificarlas con alguna fórmula comercial de las llamadas “triple acción”. Una que recomiendo pues la he usado yo misma con buenos resultados es el Ecotriplex fortificante triple acción, capaz de proteger tanto contra enfermedades como contra plagas.
Cerramos hoy la serie de las flores de invierno: las más clásicas, las infaltables, las más vistosas y resistentes al frío. Te dejo aquí acceso a toda la información: primer post las Begonias de invierno, segundo los Pensamientos, tercero las Prímulas y hoy las preciosas Azaleas.
Las estabas esperando, lo sé, porque no pueden faltar. A todos nos encantan estos arbustos pequeños perennes, algo delicados que en climas muy fríos ralentizan la floración.
Pero a finales de invierno sobreviene esa “explosión” de color que tanto esperamos los amantes de las azaleas. Ellas se cubren de flores, tan densamente que que casi cubren por completo su follaje verde.
Tal floración posee un secreto: es importante sostener durante todo el año un aporte de abono constante, siendo especialmente cuidadosos en la época previa a dicha floración, vale decir a mediados de invierno, ya desde enero.
No está de más que las protejas contra sus enemigos pertinaces, las arañuelas y los caracoles. Cuando la floración se produce, ve retirando las flores viejas a medida que secan de modo que la planta no invierta energía en ellas y se concentre en las siguientes aperturas florales.
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