Aunque existen plantas que no necesitan siquiera un pedazo de suelo para afirmarse y crecer, por lo general todas presentan requerimientos más elementales como el agua y la luz. No obstante, en algunas especies, estos factores pueden reducirse al mínimo sin que se vea amenazada su supervivencia.
El efecto de la sombra en las plantas
Si las sombras caen sobre el césped, éste apenas crecerá y empezará a cubrirse de musgo. Si cubren los arriates, dejarán de salir las esperadas flores. Si envuelven zonas cultivadas con hortalizas y frutales, de seguro no llegarán a brindar grandes satisfacciones. ¿Cuál es el efecto de la falta de luz sobre las plantas?…
La planta intenta crecer en busca de la luz; sus entrenudos se vuelven largos y delgados entre las hojas, sus peciolos son también delgados. Las hojas se ponen amarillentas, descoloridas y pequeñas. La floración es tardía, escasa o nula. Se produce un reverdecimiento de las flores, especialmente en ambientes frescos y húmedos. Como consecuencia indirecta, cunden las enfermedades y plagas de parásitos.
Planifique las áreas de sombra en el jardín
Contemplar un jardín enteramente soleado puede resultar bastante aburrido, pero -si bien las sombras agregan interés al paisaje- un rincón que recibe la visita del sol «tarde, mal y nunca», puede constituirse en un verdadero problema. Sin embargo, si planifica desde un comienzo los sectores que inevitablemente quedarán envueltos en sombras, podrá seguir admirando por muchos años todos y cada uno de los rincones de su jardín.
Brindar atención al diseño inicial del jardín es la clave para convertir un rincón de sombras en verdadera obra de arte. Pero evitar las sombras inoportunas y orientarlas a gusto no siempre es fácil y no basta con mirar sólo dentro de los límites del propio terreno, también es necesario considerar lo que sucede en los sitios vecinos, saber seleccionar las plantas adecuadas, combinar sus formas, tonos y texturas, teniendo al verde como principal protagonista, pues las plantas propias de sombra suelen carecer de colores fuertes.
Al diseñar el jardín tenga presente que, a medida que el tiempo pase, los árboles y arbustos irán creciendo y proyectando sus sombras, con lo cual las zonas realmente asoleadas irán disminuyendo. De hecho, no hay prácticamente ningún jardín carente de sectores sombríos.
Para el paisajismo, uno de los atractivos mayores del jardín de sombra es que ofrecen una atmósfera de calma, frescura y hasta cierto misterio. Aproveche sectores sombreados para ubicar zonas de ocio y descanso. Para esas áreas, las trepadoras resultan ideales, especialmente asociadas a pérgolas. En jardines amplios, los árboles altos y majestuosos invitan a ubicar debajo un banco o un grupo de asientos. En jardines más pequeños son más adecuados los árboles de tamaño más reducido, pero con copa amplia y elevada.
Las sombras crean un efecto de profundidad, originando la sensación óptica de que el jardín es mayor. Aproveche esto en terrenos pequeños, pero para evitar que el jardín quede totalmente en sombra en pocos años, planifique cuidadosamente las dimensiones que tendrán las zonas umbrías y las masas de vegetación.
Trabaje las mezclas entre las diferentes variedades de plantas. Un buen contraste, puede crear una atmósfera sugestiva y llamativa. Por ejemplo, el suave colorido de unos lirios en tono pastel, con sus hojas plateadas destacando por sobre unas imponentes hojas de helechos, es un espectáculo digno de contemplarse.
No olvide que más de alguna planta tendrá interés también por el colorido de sus frutos.
Variedad de sombras en el jardín
Dentro del jardín de sombra existen diversos matices, pues los distintos ejemplares arrojan sombras más o menos intensas. Además, las zonas umbrías varían su luz a lo largo del día y también de acuerdo a la época del año. Los lugares absolutamente sombríos suelen encontrarse bajo árboles o arbustos densos, así como en bordes de edificaciones y muros o setos orientados hacia el sur.
La intensidad de la sombra sobre el emplazamiento de la planta es un factor relevante. A través de la luz que se filtra entre el follaje se crea una atmósfera muy especial. Es muy distinta la sombra frágil proyectada por un abedul, que la de un pino de ramas muy pobladas. Hay sombras, como las de árboles y arbustos de hoja caduca, que crean situaciones favorables al desarrollo de otras plantas en su base, como flores de bulbos, por ejemplo.
En verano (diciembre), cuando el sol alcanza su punto más alto, los árboles más elevados proyectan escasa sombra al mediodía, mientras que, en otoño, a medida que el sol desciende, se alargan las sombras. En primavera vuelven a ser progresivamente más cortas.
El sol suave de las primeras horas de la mañana o de la tarde, no resulta dañino y puede, incluso, ser beneficiosos para las frágiles hojas de las plantas de sombra, a diferencia de los efectos producidos en ellas por la intensa radiación del mediodía.
El colorido de la luz también varía. En un día de verano, adopta un tono verdoso en la espesura de un grupo de árboles o se vuelve azulada entre las sombras de un muro blanquecino.
Por último, también es relevante la tonalidad del entorno y la procedencia de las sombras. Los rayos que inciden sobre superficies rugosas o irregulares se transforman en luz difusa. La tierra del suelo y las superficies oscuras absorben los rayos luminosos y los transforman en rayos de calor.
Para hacer explícita esta distinción entre los distintos matices de sombras, generalmente se habla de una gradación, que va desde las sombras luminosas hasta las sombras intensas. Busque la planta adecuada para cada situación.
La adaptación de las plantas en el jardín de sombra
Para las plantas, sin luz no hay vida, y cuánto más frío es el clima, más luz necesitan. Algunas, a lo largo de las generaciones, han ido aprendiendo a adaptarse a las diferentes circunstancias ambientales. Su gran ventaja, es que pueden plantarse en aquellos lugares del jardín o la terraza donde la mayoría de las especies sucumbe. En su gran mayoría, las plantas que toleran sombra son originarias de zonas boscosas que en algunas épocas del año reciben algo de sol. Por eso, muchas se adaptan también a la semisombra. Pero como normalmente, realizan la fotosíntesis de manera algo distinta a las plantas de sol (con el fin de utilizar la luz lo mejor posible), si reciben luz o sol en exceso, se vuelven amarillentas, se marchitan, se queman o se secan.
Las que se han adaptado a la sombra, suelen compensar la falta de luz que reciben con hojas relativamente grandes, o bien pequeñas pero numerosas. Las originarias de zonas húmedas, suelen ser –además- más blandas y delgadas.
En todo caso, es necesario recordar que no sólo de luz viven las plantas. Dependen también de un conjunto de factores que se influyen entre sí, entre los que se encuentran: los cambios meteorológicos, el calor, la luz, la humedad y los suelos. Además, sus requerimientos cambian según la variedad y su estadio de crecimiento.
El entorno también juega un papel fundamental. Las raíces de plantas vecinas, por ejemplo, pueden afectar su buen desarrollo; pero –por otro lado- ante situaciones adversas, la protección brindada por un ejemplar situado a modo de cortavientos, puede ser fundamental para su supervivencia.
Para evitar problemas, es recomendable dejar una buena distancia entre medio de las plantas cultivadas a la sombra; más que si estuviesen en una posición iluminada. Así, podrán extenderse en busca de la luz sin crecer unas encima de las otras.
Las especies adecuadas para el jardín de sombra
Las variedades que actualmente se pueden cultivar en rincones sin sol no son pocas, aunque son menos las que resisten la sombra intensa. Entre ellas están las hiedras y algunas variedades de helechos, como por ejemplo athyrium filix femina.
Más de alguna de las que dan soberbias flores, no podría sobrevivir a pleno sol. Vale la pena conocer cuales son y cuales son sus requerimientos y tamaños finales, para sacarles partido en el jardín. A continuación enumeramos algunas especies que pueden desarrollarse sin ningún problema con una luminosidad mínima:
– Pastos y cubresuelos: dichondra, violeta (Viola odorata), tradescantia, heuchera (H. sanguinea), vinca major.- Herbáceas: como regla general, poseen flores no muy llamativas, más bien pequeñas. En cambio resaltan por las diversas texturas y tonos de su follaje. Entre otras, destacan: oreja de oso, ranúnculo (Ranunculus sp.), anémona (Anemone japonica), acanto (Acanthus mollis), hortensia de invierno (Bergenia cordifolia), helechos, don Diego de Noche (Mirabilis jalapa), hosta (aspidistra), nomeolvides, alegría del Hogar, digitalis, coleus, algunas campánulas y prímulas.
– Bulbos: cala (Zantedeschia aethiopica), azucena blanca (Crinun sp.), clivia (Clivia miniata), scilla (Hyacinthoides hispanica), una de las tantas especies denominadas «Lágrimas de la virgen» (Leucojum aestivum), hemerocallis.
– Arbustos y subarbustos: abutilón, aucuba (Aucuba japonica), cotoneaster bullatus, coprosma (Coprosma Repens), aralia (Fatsia japonica), cheflera, euonymus planipes, mahonia (Mahonia), nandina (Nandina domestica), azalea, rododendro, dracena (Dracaena sanderiana), jazmín del Cabo (Gardenia jasminoides), hortensia, ilex, filodrendo paraguayo, filodendro (Monstera deliciosa), manto de la virgen, ruscus, viburnum rhytidophyllum.
– Arboles y palmeras: acer (A. palmatum), ficus (F. benjamina, F. Lyrata), magnolia liliflora, cycas revoluta, palmito (Chamaerops humilis), prunus cerasifera «Nigra».
– Enredaderas: hedera canariensis, hedera colchica, hedera helix, flor de la cera (Hoya carnosa), esparraguera (Aparagus sprengeri), helecho pluma (Asparagus plumosa), jazmín amarillo (Jasminum nudiflorum)
Sectores con sombras difíciles
Si bien los ejemplares adaptados a la sombra pueden sobrevivir en diversas zonas del jardín, resultan particularmente difíciles situaciones como por ejemplo:
Zonas muy cercanas a muros o setos con orientación sur, pues tienden a helarse con facilidad en invierno y tardan en calentarse en primavera.
Zonas muy abiertas, expuestas a la acción del viento. Las plantas corren aquí el riesgo de secarse por deshidratación.
Zonas con pendientes muy sombrías.
¿Qué tenemos que tener presente?
Estas zonas no admiten las sombras excesivamente densas de ciertos arbustos.
El problema del riego
Ponga atención al riego. Las zonas que permanecen en sombra durante gran parte del día suelen requerir menos riego.
Las plantas perennes, independiente de que sean coníferas o frondosas, proporcionan sombra permanente todo el año y necesitan grandes cantidades de agua incluso en invierno. Esto puede constituirse en problema para sus «compañeras». Es necesario tener este factor en cuenta al momento de elegir especies vecinas.
![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() ![]() |
---|---|---|
![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() ![]() |
![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() ![]() |