En la etapa de curación de la marihuana lo que se busca es que se descomponga la clorofila sobre todo y otros elementos, además obtener el aroma y el sabor buscado en la variedad de planta de marihuana que hemos plantado.
La descomposición de la clorofila se produce aproximadamente en un mes y el tiempo en el que la marihuana está en su optimo sabor y aroma, a saber por otras fuentes, es de un año, pero nadie, o no todos somos capaces de aguantar un año entero para que la marihuana logre su máximo sabor y aroma, es muy complicado aguantar tanto.
Lamentablemente en todo este tiempo, parte o gran parte del THC por oxidación se ha transformado en CBN (perdiendo gran parte de su poder psico-activo, aunque una parte del THCA que no se había convertido en la etapa de secado se transforma ahora en THC) por lo que se recomienda menos tiempo, aquí no hay datos concretos por que dependerá del gusto particular de cada uno, las condiciones ambientales, así como de la variedad de la marihuana



Una vez secada y curada la planta de marihuana entra la fase de almacenamiento en la cual intentamos parar los procesos de descarboxilación y oxidación, así como de mantener el sabor y aroma.
El método empleado aparte del lógico de congelarlo, es meterlo en frascos con la menor cantidad de aire posible, al vacio o sustituyendo este por un gas inerte como el nitrógeno (paralizando la oxidación del THC en CBN), introducir también algún absorbente natural de la humedad como algodón o papel de celulosa, por los posibles pequeños restos de humedad que queden, cerrar hermeticamente y guardar de la luz y mantener en un sito fresco.
En el secado, las plantas de marihuana enteras suelen colocarse colgadas al revés, o se depositan en bandejas para su secado. Muchos cultivadores de marihuana creen que los racimos de marihuana colgados boca abajo para el secado, provoca que las resinas se desplacen por gravedad a las extremidades, como con otras supersticiones, poca o ninguna resina o cannabinoides se transportan mediante el sistema vascular después que la planta se ha cosechado. Invertir las plantas para el secado, ocasiona que las hojas cuelguen muy próximas a los racimos florales cuando se secan, y las resinas quedan protegidas de una manipulación externa de cualquier tipo. Los racimos florales también parecen más atractivos y más grandes si se cuelgan.



Las resinas son muy frágiles y caen fuera de los cálices al ser sacudida la planta. Cuanto menos se manipulen los racimos, mejor aspecto tendrán, así como mejor sabor y aroma al fumar. Los racimos florales, incluyendo tallos y hojas grandes, comúnmente se secan hasta llegar a un 25% de su peso fresco original ( tiene que perder un 75% de su peso). Cuando están suficientemente secos para ser almacenados sin la amenaza de moho, el tallo central del racimo floral se romperá fácilmente al ser doblado, al igual que los tallos secundarios y demás.
El secado tiene que realizarse lentamente, sin luz y en un ambiente seco y fresco, con temperaturas de aproximadamente 18º a 22ºC, hasta llegar a un punto óptimo. Los envoltorios en papeles de periódico facilitan el secado y no aportan sabor extraño, ya que facilitan la absorción de humedad desde dentro y su eliminación desde fuera, pero si se dispone de un secadero bueno no se precisa de ningún accesorio
Como norma general, la marihuana ha de contener un 10% aproximadamente de agua, para proceder a su almacenaje o ser fumada en condiciones óptimas.
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