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Marihuana y Educación
Lo que tenemos que tener claro en esta vida que todo empieza por la educación, si no damos una buena educación a nuestros hijos en el respeto a los demás, en el cumplimiento de las normas, respeto a la autoridad, respeto a los animales, respeto al medio ambiente y a nosotros mismos, vienen después todos los excesos, sois los padres los principales responsables.
Cuando cambiamos a nivel personal y mejoramos, damos un paso hacia delante, subimos un escalón, mejoramos progresamos, y si lo hacen miles de personas es cuando la sociedad mejora y evoluciona, respetamos a los demás y a nosotros mismos, vemos la marihuana como una planta medicinal que hemos de cuidar y tratar con respeto.
Estadísticamente, los consumidores crónicos de marihuana alcanzan niveles significativamente más bajos de educación, educación e ingresos en comparación con los no usuarios. Esto no significa que todos los consumidores de marihuana tengan problemas en su carrera profesional, sino que el consumo crónico es un signo de dificultades de inserción.
No estigmatizar como no trivializar ésto
No estamos tratando de estigmatizar el uso de marihuana, y todos los consumidores, afortunadamente, no están sufriendo graves consecuencias negativas. Al mismo tiempo, no buscamos trivializarlo: las interrupciones inducidas por el consumo crónico pueden pesar en la balanza y, en última instancia, ser una desventaja para alguien que ya está en dificultades.
En una sociedad que participa en un sistema económico basado en el conocimiento, este estado de cosas puede significar una desventaja severa y duradera. Para el individuo, es una pérdida de oportunidades para la inserción, una falta de desarrollo social y profesional que interfiere con la plena expresión de sus potencialidades. Para la sociedad esto significa pérdida de productividad y competitividad y empobrecimiento.
La marihuana como «marcador» de más problemas globales
En la práctica, es difícil separar el uso intensivo de marihuana del uso concomitante de otras drogas psicotrópicas como el alcohol, una amplia gama de problemas psicosociales y familiares, el consumo a edad temprana, etc. Todos estos factores contribuyen a un menor rendimiento en la educación.
El consumo de marihuana es una especie de «marcador» para estos problemas. Sin embargo, algunos estudios recientes muestran que en esta constelación la marihuana tiene un efecto propio y aumenta el riesgo de interrupción de los estudios: los consumidores tienen 2,3 veces más probabilidades de abandonar el sistema educativo prematuramente que los no usuarios.
No hay reducción del coeficiente intelectual
El consumo de marihuana no parece inducir una disminución irreversible en el coeficiente intelectual a largo plazo. En el campo de la educación, son los efectos en la memoria del aprendizaje a corto plazo los que sí que se resienten.
Pero lo importante es que los jóvenes no consuman marihuana ni ninguna otra droga, pero lo cierto es que se ve como algo natural poder hacer “botellón” todos los fines de semana menores de 18 años, pero se escandaliza la gente cuando a esos jóvenes se les sorprende con un porro en la mano.
Lo cierto es que lo creamos o no el alcohol es mucho más peligroso que la marihuana ya que está al alcance de la mano de los más jóvenes, si todos los fines de semana lo consumen indiscriminadamente. La marihuana es menos accesible pero también se puede conseguir, pero es menos utilizada que el alcohol.
Educación en el consumo
Lo cierto es que lo importante es lo que hemos indicado al principio la educación en el consumo, la educación en las familias, en los colegios, en los medios de comunicación y una gran parte de responsabilidad la tiene el estado, los estados en el consumo de drogas, ya que si no educamos a nuestros jóvenes no mejoraremos la sociedad.
Puede interferir en los estudios
El consumo de marihuana puede interferir con el nivel máximo de educación y los títulos alcanzados por los consumidores: en el contexto actual, agrava las desigualdades sociales al tiempo que preserva el status quo.
Aunque todo esto no es demasiado cierto porque hoy en día en el consumo de drogas lo que viene a ser diferencias sociales se equiparan, tanto las clases altas como las clases bajas consumen drogas, bien puedan ser la cocaína, spid, marihuana, alcohol…lo importante es la humildad y la educación.
En conclusión
Lo importante para cada consumidor (o su familia) es saber dónde están los límites: ¿cuándo el consumo recreativo de marihuana se convierte en una desventaja más grave? ¿Cuándo es un signo de malestar más grave? Esta es una pregunta que hay que responder, es necesario un diálogo para responderla.
Lo importante es saber que consumir y en qué momento hacemos, nosotros siempre defendemos la marihuana terapéutica para paliar los dolores y podernos encontrar mucho mejor, para poder ayudar a paliar determinadas enfermedades.
Nunca aconsejamos ni aconsejaremos el consumo de marihuana de una forma alocada y mezclada con el alcohol para poder “colocarnos” lo importante es saber donde están nuestros límites, y utilizar el alcohol de una forma correcta, si nos gusta el vino, utilizar medio vasito de vino en una comida y no media botella en una comida, estar bien es una responsabilidad de cada uno.
Pero tampoco utilizar la marihuana o el alcohol una vez que vamos a coger el coche, recordemos que esto no es compatible, las drogas y la conducción no se pueden mezclar, es algo totalmente incompatible tanto para nuestra seguridad como para la seguridad de los demás.
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