Han pasado muchas horas luego de una agotadora jornada laboral, se llega a casa y antes de decir “hola” abrimos la heladera y agarramos lo primero que vemos para comer, y lo hacemos en exceso. Esto no favorece a nuestra salud, por lo tanto es conveniente contar con tips o consejos para evitar el hambre y bajar de peso.
El horario en que comemos es el factor que desencadena todos los otros problemas. Comemos mucho, rápido, sin masticar bien cada bocado, porque venimos de seis u ocho horas de ayuno. Si ingerimos alimentos con mayor frecuencia en un horario ordenado, podemos prevenir el hambre eligiendo que y como comer.
Por lo tanto el horario es algo clave, hay que comer para no llegar a tener tanta hambre. Si uno sabe que van a pasar varias horas sin ingerir comida, no importa lo que digan los demás, hay que tener a mano por ejemplo una fruta, una barrita de cereal un turrón, una bolsita con nueces o pasas de uva, etc. Pero esto se tiene que planificar con antelación, teniendo presente que se va a estar mucho tiempo fuera del hogar.
No importa lo que se consuma, si se está llevando a cabo un plan de descenso de peso, solo basta con que sea algo pequeño en gramos. Es decir, que se puede comer inclusive galletas que no son dietéticas pero en poca cantidad. En esto, es importante elegir unidades pequeñas, que se acabe rápido.
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Otro consejo útil al respecto es contar con un tentempie en el coche, para poder comer algo y llegar a casa con menos apetito y no tener ese ataque de hambre que es lógico, porque son varias horas de ayuno.
Las colaciones son una herramienta útil, estas deben ser prácticas, porque por supuesto un abogado no puede estar con una fruta en su maletín. Sin embargo acercarse a un bar para consumir un café con un sándwich es una muy buena alternativa.
Vale decir, que lo ideal es que no pasen más de cuatro horas entre comidas. En realidad si se tuviera una vida tan ordenada como para decir, desayuno a las ocho, almuerzo a las 12, merienda a las 16 y cena a las 20, no serían necesarias las famosas colaciones.
En el desayuno, además de lo líquido debe existir una ingesta solida, algo que se mastique, que sea agradable, que aporte nutrientes, saciedad, que dure para varias horas intermedias, y que colabore con el sistema nervioso. En consecuencia, que incluya pan, con alguna mermelada, queso, con un jugo de fruta. En este aspecto hay muchas opciones.
Para el almuerzo, es útil tener una vianda con comida, aunque en la actualidad es más habitual encontrar negocios que ofrecen menús con pollo y ensalada (por ejemplo), no hace falta estar considerando que debe ser una comida bajas calorías.
Se suele asociar lo dietético con algo sin sal, feo, aburrido, pero simplemente tiene que ser en una porción moderada.
En este sentido, la moderación nos ayudara a frenar el hambre y bajar de peso, es decir, que en vez de realizar un plato raro para adelgazar, lo puedo reemplazar por una comida moderada. En cuyo caso, en vez de consumir dos milanesas, comer una, o no repetir la porción.
Algo fundamental que ayuda a comer menos es incorporar más líquido sin calorías, que es la primera barrera para el hambre. El líquido no reemplaza lo solido pero atenúa la sensación de apetito, porque se está satisfaciendo un mecanismo de saciedad que es “el volumen”, dado que se está estimulando la distensión de la pared gástrica. Además, si se le suma tomar mate, alguna infusión o caldo, mucho mejor, porque se le agrega, el mecanismo térmico de saciedad: lo tibio o caliente sacia mas que lo frío. Por tal razón no es lo mismo tomar un caldo que un vaso de agua.
Aplica estos consejos a tu vida cotidiana para evitar el hambre y bajar de peso, pero también para no llegar a ataques o atracones de comida que no contribuyen para nada en nuestra salud y calidad de vida. Vale decir, que la consulta al médico es siempre importante.
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